El Cuarto Escalafón: El Ranking
Capítulo V: El Ranking - El Cuarto Escalafón
Autor: Juan Pablo Rivera M.; D.R. © 2017
Categoría: Novelas Escritas Cortas
En el episodio anterior de El Cuarto Escalafón, la vida ha llevado a Paulino a encontrarse con su pasado y… Si aún no lees el Capítulo IV: La caída del “Coloso” te recomendamos antes disfrutarlo, para que no pierdas detalle alguno de la primera de las novelas escritas cortas que hemos decido publicar en este sitio. A continuación podrás seguir deleitándote de esta apasionante historia.
El emblemático número cuatro pesaba en el ranking de la Organización, los que contrataban a los cazadores escuchaban rumores de que se había reactivado nuevamente la persona que lo portaba, sin embargo no tenían claro con quien tratar o como conseguir sus servicios.
La Organización fue creada con fines “defensivos” únicamente, en un principio la conformaron grandes comerciantes e industriales para protegerse de los constantes ataques de que eran objeto: secuestros, extorsiones, robos violentos a casas, propiedades y negocios; pero después, empezó a contaminarse con la llegada de algunos narcotraficantes, políticos y funcionarios corruptos que se infiltraron en la estructura y comenzaron a contratar a los cazadores para fines personales de venganza o para abrirse paso en sus aspiraciones quitando “las piedras molestas” del camino.
Fue entonces, cuando el Organismo se partió en dos, formándose dentro del ranking, grupos antagónicos que convirtieron el escalafón tradicional en una especie de “competencia” o “torneo” en el que luchaban entre sí, con tal de conseguir el mejor lugar en la escala.
Los que tenían las cualidades de ser los más “serios, comprometidos, y profesionales” lograron estar dentro de las primeras cinco posiciones conservando con ello, la confianza del grupo original que seguía solicitando sus servicios, “los cazadores o contratistas” que ostentaban los números del 6 al 10, perdieron la credibilidad cuando empezaron a rentar sus habilidades a los infiltrados de ahí que la misma entidad, los bautizara con el nombre de “hampones”, dicha denominación se hizo, para tratar de diferenciarlos del resto y definirlos como un grupo que no respetaba los estatutos de la misma.
Paulino llevaba ya casi dos meses como huésped de aquel hotel, cuando una preciosa mujer ataviada con un elegante vestido negro, guantes largos, tacones altos, sombrero de ala ancha y un velo que cubría a medias su rostro angelical dejó en la recepción del “Baranda”, un misterioso paquete con un contenido igualmente extraño
Por fuera se apreciaba un “postick” que indicaba: «Favor de entregar al número IV este envoltorio»; como el personal no tenía idea de lo que se trataba, lo dejó en el mostrador para que los inquilinos pudieran verlo y en su caso reclamarlo.
Cuando el “vaquero” salió de la habitación aquella mañana, pasó por el recibidor y de inmediato miró el paquete, logró leer la pequeña nota y se acercó al encargado en turno para pedírselo; no intercambió ninguna palabra más con él, tomó la caja y subió de nuevo a su habitación, su corazón tenía la frecuencia cardiaca más rápida de lo normal.
Dentro del paquete encontró una grabadora digital, una especie de postal con la imagen de un tulipán rojo en la esquina superior derecha, un sobre en blanco y un cojín de tinta escarlata; puso en “play” el aparato y escuchó el mensaje claro, fuerte y a la vez sutil de una dama:
«La Organización se complace por tenerlo entre sus filas y le da la bienvenida, hemos estado investigándolo y sabemos que usted no es el portador original del número, usted simplemente lo heredó del que suponemos fue su mentor. Estamos enterados también que eliminó al número seis, lo que nos da un verdadero gusto ya que este “cazador” pertenecía al grupo subversivo de “los contratistas”.
Tenemos la certeza de que usted fue entrenado con bases firmes, con sentido de profesionalismo y justicia, tal como lo marcan los estatutos de nuestro Organismo, por esa razón, queremos invitarlo para conocerlo y que nos conozca, recibirá en los próximos días la dirección y la fecha exacta donde habremos de encontrarnos, reciba un caluroso abrazo y por favor a manera de contra recibo, utilice el cojín de tinta anexo, selle la postal con la cara de la medalla donde aparece su número y deposítela nuevamente en la caja junto con los otros objetos y después, déjela en la recepción»
Paulino siguió las recomendaciones de aquella grabación, algo en su interior le indicaba que todo aquello era correcto, si la Compañía le permitía acabar con personajes infames como El Caníbal, entonces estaba en el camino indicado.
Continuará...
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