Todavía te amo, pero también amo a mis hijos
Título: Todavía te amo, pero también amo a mis hijos
Autor: José Manuel Busso; D.R. © 2013-2017
Categoría: Historias de Amor Cortas Para Leer
El relato corto que a continuación les ofrecemos es una historia de amor bonita, que vivió una chica al enamorarse por internet; el tiempo ha pasado y se da cuenta que aún no puede olvidar aquella bella experiencia. Esperando que sea de su agrado aquí se las presentamos.
Mi papá es músico y vive en Jalisco, hace tiempo cuando aún no me casaba formé parte de su agrupación junto con mi hermana. Éramos las voces femeninas, a mí me fascinaba cantar y he intentado escribir canciones; pero creo que no lo hago muy bien, a decir verdad me encanta todo lo relacionado a la música.
Cierto día por la noche, me acerqué a mi papá cuando él charlaba por el Messenger y me pude percatar que lo hacía con un compositor. En ese tiempo mi padre buscaba material para nuestra próxima grabación, así que en repetidas ocasiones lo miré platicando él y me empezó a llamar la atención aquello; pues al escuchar algunas de sus canciones, me di cuenta que estaban muy bonitas.
Un día cuando mi padre no se encontraba y había dejado abierta la sesión del mensajero, aproveché para sacar el correo electrónico de esa persona y lo guardé en mi celular; también copié varias de sus composiciones que estaban guardadas en la computadora y me las adueñé.
Quiero confesar que algo pasó en mí a partir de ese instante, sentí la necesidad de conocer más sobre ese hombre y decidí agregarlo a mis contactos; para mí fortuna, eso fue el inicio de una historia de amor bonita que a continuación detallaré.
No me había equivocado; sí era muy buena onda, a pesar de mis 17 años mi nuevo amigo me brindaba toda la atención que una mujer desea tener. Ese hombre ya rebasaba los 30; sin embargo, eso no me importó y mi interés hacia él fue creciendo; pues se comportaba con tal madurez que descubrí quería seguir conociéndolo aún más.
Al inicio, me demostró siempre una amistad sincera y sin malos entendidos; pero al pasar de los días me fui enamorando. Con el tiempo y nuestro trato casi a diario, se dio cuenta de mis sentimientos y terminó por corresponderme.
No deseo revelar su verdadero nombre por razones que no voy a explicar. “Lalo” y yo comenzamos a tener charlas seguidas, las cuales servían para sentirlo cerca y muy mío; a pesar de encontrarse a varios kilómetros de distancia.
Los chats dieron paso a las llamadas telefónicas; entonces me di cuenta que una linda historia de amor estábamos viviendo. En las noches durábamos horas enteras charlando de nosotros, soñando despiertos y pensando en que el futuro nos uniría algún día.
Le decía que lo iba a querer siempre, que ya deseaba conocerlo y aunque parecía no sentir lo mismo; me hizo comprender que todavía no era el momento de hacerlo, pues al ser yo menor de edad, era mejor esperar hasta que él pudiera viajar hasta Jalisco, para hablar de lo nuestro con mis padres.
Para cumplir los 18 años aún faltaban varios meses y se me hacía cada día más difícil aguantar esa situación; además tenía problemas con papá y ya deseaba salirme de mi casa.
No sé qué sucedió, con el pasar del tiempo noté a “Lalo” algo diferente, como si no estuviera tan decidido. Quizá un poco distante, llegué a creer que ya no me quería y que había perdido el interés por mí. Aquello me ponía mal y me llenaba de confusión haciéndome llorar tristemente.
Teníamos 5 meses de “conocernos” y a la ciudad llegó “Beto”, se trataba de un chavo que tiempo atrás había querido andar conmigo; pero en esa ocasión decidí no hacerle caso. Él es del Estado de México y viaja mucho por su trabajo; cuando nos miramos de nuevo me invitó a salir y sin perder oportunidad aprovechó para decirme que seguía gustándole y que si yo quería me llevaría con él.
No sé por qué tomé aquella decisión, tal vez fue un poco tonta; pero acepté esa propuesta, quizás por los problemas en mi familia o la indiferencia de “Lalo” y terminé yéndome lejos para intentar ser feliz.
Tres meses después busqué a “Lalo”, para explicarle lo sucedido y se despidió para siempre de mí. Eso me dolió mucho; pero comprendí que era lo mejor, aceptando que yo me había equivocado al tomar una decisión precipitada.
Han pasado algunos años y ahora tengo dos niños; pero me doy cuenta que no soy feliz con Beto. Volví a buscar a “Lalo” por internet y aunque tardó varios meses en responderme al fin aceptó platicar conmigo.
Según él sigue sin compromiso, le he confesado que aún lo amo y lo extraño. Me dice que nuestra historia de amor llegó a su fin el día que me casé y que ya no es tiempo de que le diga todas esas cosas; pues debo comprometerme con mi familia.
Creo que tiene razón; pero me duele mucho haberlo perdido, pues me doy cuenta que todo me lo recuerda. El tiempo regresa cuando escucho sus canciones en el celular y me siento enamorada de él, sueño que me quiere y que va a venir un día por mí; pero de pronto al decirme uno de mis niños: ¡Mamá!, el sueño se desvanece y vuelvo al mundo real. Es una realidad que debo aprender a llevar de la mejor manera; pues aunque no he dejado de amar a “Lalo”, también amo a mis hijos.
Esta ha sido una historia de amor bonita que esperamos hayas disfrutado; te invitamos a que sigas visitando nuestro sitio para que conozcas más relatos cortos y cuentos románticos; que te harán pasar momentos de agradable lectura.
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